Piensas y
adviertes, que poco a poco, la vida de los demás te resulta indiferente. Verte desde fuera te hace darte cuenta de que serás tú sola
la que te levantes y tu sola la que caigas, que la complicidad no existe, que
solo existe el 1 + 1 son 2 cuando añades a esa operación tu bipolaridad, tu
doble personalidad.
Que solo importas tú, tú y tu otra mitad, dos
personas, ángel y demonio, blanco y negro, dos almas que se reunieron en el
mismo cuerpo por equivocación, perdidas, piensa que conviven sin armonía,
sin reglas, turnan su dominancia y esperan su lugar.
Soy una, la una y la otra, confundo mitades, no
se distinguir ni el final ni el comienzo de cada una, reúno pedazos, mezclo
indiferente mis personalidades, las que encolerizan a cualquiera y enturbian a
la mente más compleja.
He aprendido la lección bien
aprendida, he aprendido a mentir y a ocultar, a fijar una ilusión, a crearla y
a destruirla, a regodearme en lo que sé desvelar y lo que nunca desvelaré, pero, al mismo tiempo.. seguiré siendo enteramente yo misma.
Y te quedaras anonadado cuando conozcas una pequeña porción de mi, aunque detrás de un ordenador construya la ilusión de locura, dependerás
de mi indiferencia absoluta al escribir lo que quiero que leas o de la
estupidez más extrema que guarda el escrito. Tengo conciencia
de mi extrañeza, al contrario que el resto del mundo, que juzga la apariencia cuidadosamente
preparada de mi perfecta coartada. Puede que te parezcan atrayentes mis
palabras y que este solo sea el comienzo y poco a poco entraras en el mundo que
creó para ti, para cada uno diferente.
Aguarda, es un secreto a voces no
lo desveles muy deprisa